KABUL, Afganistán (AP) — Bahara Rustam, de 13 primaveras, tomó su última clase en la escuela Bibi Razia en Kabul el 11 de diciembre sabiendo que era el final de su educación. Bajo el gobierno talibán, es poco probable que vuelva a poner un pie en un cátedra.
En septiembre de 2021, un mes posteriormente de que las tropas estadounidenses y de la OTAN se retiraran de Afganistán tras dos décadas de supresión, los talibanes anunciaron que a las niñas se les prohibía estudiar más allá del sexto nivel.
Ampliaron esta prohibición educativa a las universidades en diciembre de 2022. Los talibanes han desafiado la condena mundial y las advertencias de que las restricciones les harán casi inútil obtener examen como gobernantes legítimos del país.
La semana pasada, la enviada distinto de la ONU, Roza Otunbayeva, expresó su preocupación por el hecho de que una coexistentes de niñas afganas se está quedando antes cada día que pasa.
La semana pasada, un funcionario del Profesión de Educación dijo que a las niñas afganas de todas las edades se les permite estudiar en escuelas religiosas conocidas como madrazas, que tradicionalmente han sido sólo para niños. Pero Otunbayeva dijo que no estaba claro si existía un plan de estudios estandarizado que permitiera materias modernas.
Bahara se aferra a su educación y estudia detenidamente los libros de texto en casa. “Graduarse (de sexto nivel) significa que vamos a suceder a séptimo nivel”, dijo. “Pero todos nuestros compañeros lloraron y nos sentimos muy decepcionados”.
No hubo ceremonia de jerarquía para las niñas de la escuela Bibi Razia.
En otra parte de Kabul, Setayesh Sahibzada, de 13 primaveras, se pregunta qué le deparará el futuro. Está triste porque ya no puede ir a la escuela para conseguir sus sueños.
“No puedo valerme por mis propios pies”, dijo. “Quería ser maestra. Pero ahora no puedo estudiar, no puedo ir a la escuela”.
El analista Muhammad Saleem Paigir advirtió que excluir a mujeres y niñas de la educación será desastroso para Afganistán. «Entendemos que los analfabetos nunca podrán ser libres y prósperos», afirmó.
Los talibanes han excluido a las mujeres de muchos espacios públicos y de la mayoría de los empleos, prácticamente confinándolas a sus hogares.