Ruido de chicos y la plataforma SuperFarm NFT están trayendo cerdos cultivados a la esclavitud de bloques.
Su próximo esquema “Rave Pigs” convierte el techno y el arte psicodélico en coleccionables digitales. Lo mejor de todo es que aquellos que decidan participar en la acuñación de la colección conservarán todos los derechos sobre una parte de la civilización underground de Berlín.
Los derechos de autor otorgados a los titulares de NFT han sido un tema candente en los últimos meses. Aunque algunas de las colecciones más destacadas del mundo suelen alcanzar precios exorbitantes en el mercado rajado, muchas de ellas no otorgan al titular los derechos de autor completos de las obras de audio y visuales que se muestran en el NFT.
Por el contrario, los titulares de “Rave Pigs” conservarán los derechos tanto del arte como de la música que se escuchan en los coleccionables que poseen. Por lo tanto, es posible ver cómo este enfoque con visión de futuro probablemente resulte inclinado para la proliferación a desprendido plazo de la colección.
Por ejemplo, a los titulares de “Rave Pigs” se les proporcionará el audio proveniente de sus NFT con el fin de remezclar y colaborar con otros propietarios según lo consideren conveniente. Con Boys Noize prestando su destreza de producción al esquema, esperamos una gran cantidad de música nueva de esta horda de animales.
La colección termina precisamente en 6.666 coleccionables de cerdos, pero con un amplio repertorio de rasgos visuales y características musicales para que el cálculo se cojín, teóricamente son posibles más de 50 billones de combinaciones.
Los posibles coleccionistas tendrán la oportunidad de sumergirse en el lodo para su propio NFT “Rave Pig” el 22 de enero.
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