PITTSBURGH, Pensilvania (StudyFinds.org) – Las tendencias de nombres de bebés van y vienen. Desde personajes de la civilización pop hasta celebridades en las telediario, los padres se inspiran en muchas fuentes al nombrar a sus hijos. Entonces, ¿cómo un nombre como Emily pasa de estar de moda un año a ocurrir de moda al venidero? Investigadores de la Universidad Carnegie Mellon dicen que la respuesta puede deberse a un coeficiente sorprendente: las matemáticas.
Su estudio utilizó un maniquí matemático para comprender por qué los nombres de bebés ganan y luego pierden popularidad con el tiempo. Incluso cuando se analizan los patrones de comportamiento en constante cambio, las matemáticas muestran que hay un continuo «tira y afloja» entre los padres que desean Destacarse de la multitud y querer que su hijo incluso encaje.
«Tengo curiosidad por todo, pero no tengo ni idea de las tendencias sociales populares», dice Russell Golman, profesor asociado en el Sección de Ciencias Sociales y de Intrepidez de CMU, en un comunicado de prensa. “Mi interés fue despertado por pensadores en el campo de los sistemas complejos que estudian las dinámicas de no consistencia en la pertenencias y la sociedad”.
¿Pueden las redes sociales encajar en esta ecuación?
La mayoría de los estudios de matemáticas analizan Problemas económicos y la teoría de juegos (que examina la táctica en situaciones competitivas) eventualmente alcanzan un punto medio donde todo se equilibra: el consistencia.
“Quería usar las matemáticas para describir dos motivos en conflicto: querer encajar y querer sobresalir al mismo tiempo”, explica Golman. “Te empujan en direcciones opuestas, pero puedes querer ambas cosas”.
El autor del estudio agrega que el deseo de encajar al nombrar a un peque acercaría el maniquí al consistencia. En cambio, queriendo elegir un nombre que sobresale aleja el comportamiento de los padres del término medio.
“Póngalos juntos”, continúa Golman, “y todavía conducen al consistencia”.
El autor del estudio quería ver cuántos factores sociales diferentes podían incluir los investigadores en estos modelos antaño de que contradijeran la tendencia. Para hacer esto, Golman y su equipo agregaron el comportamiento de varias redes sociales a la mezcla, incluidas comunidades, vecinos, colegas, clubes u otros grupos sociales. Sin incautación, los investigadores señalan que las redes sociales no son necesariamente lo mismo que redes sociales.
“Fue sorprendente que las redes sociales pudieran marcar una diferencia tan espacioso”, dice Golman. «Modelamos la dinámica con muchas redes diferentes, y no converger al consistencia es proporcionado representativo».
Los padres eligen nombres que encajan, con un libramiento
La estudiante de doctorado Erin Bugbee usó una gran saco de datos de nombres de bebés provenientes de la Dependencia del Seguro Social durante los últimos 100 primaveras para analizar comportamiento de los padres. De acuerdo con los modelos matemáticos, si los nombres de los bebés positivamente alcanzan el consistencia, entonces los mismos nombres siempre serían populares cada año.
Lo que los autores del estudio encontraron fue que los padres en verdad toman nombres populares (como Emily) y luego eligen poco similar, como Emma. Para los padres, el estudio encuentra que este nombre le da al peque poco que se destaca pero incluso es socialmente aceptable en comparación con el nombres más populares del tiempo.
Curiosamente, las matemáticas muestran que muchas mamás y papás llegan a esta conclusión y hacen lo mismo. El resultado final es que un nombre como Emily en verdad se vuelve menos popular y un nombre como Emma entra en las listas de nombres de bebés más populares.
Los hallazgos aparecen en el diario. Revisión psicológica.
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